Ya desde los primeros
instantes, los sensuales planos de una mujer en la ducha
preconfiguran el tono irónico con que De Palma va a construir su
particular remake del Psicho (1960) de Hitchcock. Así, Vestida
para matar (1980) no pretende ser un recuerdo serio del film del
director londinense, sino que toma como base la parte psicológica de
éste y la adapta a otro tiempo, veinte años después. El
travestismo del personaje protagonista toma otro tono y la elegancia
de Norman Bates es transformada en simple exhibicionismo por parte
del doctor Robert Elliot. Quizá por esto el film haya recibido el
apellido de chavacano. Pero eso lo dice quien no ha comprendido cuál
es el papel de Vestida para matar dentro
de la filmografía de De Palma. En las líneas siguientes trataré de
explicar qué tiene este film de especial a la vez que averiguamos
alguna cosa nueva sobre su director.
Brian De Palma es un
director peculiar que se caracteriza por rehacer con ironía lo que
otros directores han hecho. Es digna de recordar la escena en la
estación de tren, cerca del final de Los intocables de Elliot
Ness, que nos retrotrae
sin lugar a dudas, a una de las más memorables escenas de la
historia del cine, y a una de las más representativas del cine
soviético de los años veinte. Me refiero, como no puede ser de otra
manera, a la escena en la escalinata de Odessa en el film de S. M.
Einsentein El acorazado Potemkin. ¡Cómo olvidar aquel
carrito de bebé cayendo interminablemente escaleras abajo! Pues
bien, De Palma toma ese momento y lo da la vuelta en Los
intocables haciendo que Ness y sus hombres acaben con los
malhechores a la vez que logran que el bebé salga ileso. Todo ello
en un magnífico esfuerzo de planificación en el que la tensión y
el suspense crecen exponencialmente.
Pero la admiración de De
Palma hacia Hitchcock no se queda ahí, es también memorable
Obsession (1976), film que repite la estructura de Vértigo,
y no sólo eso, ¡De Palma contó también con el compositor Bernard
Herrmann! Para entender mi entusiasmo es preciso recordar que
Herrmann fue el compositor de Pero, ¿quién mató a Harry?,
El hombre que sabía demasiado (remake estadounidense de
1956), Falso culpable, Vértigo, Con la muerte en
los talones, Psicosis, Los pájaros y Marnie, la
ladrona. Estoy seguro de que a más de un seguidor de Sir Alfred
le sonarán casi todos estos títulos.
Para seguir el resto del
texto es preciso prestar una breve atención al video que se muestra
a continuación.
De vuelta al tema que nos
ocupa, he de aclarar que en el video comparativo que se muestra
arriba, la escena del ascensor de Vestida para matar ha sido
ligeramente acortada, ya que De Palma se recreaba mucho más con el
suspense previo al asesinato. Apenas son necesarios unos minutos para
corroborar la idea de que De Palma rehace con ironía. A Hitchcock
nunca se le hubiera ocurrido interrumpir la escena de la ducha con un
par de empleados que hablan de cosas banales. De Palma juega
hábilmente con ellos y hace que, aunque estemos presenciando un
horrible crimen, se nos dibuje una ligera sonrisa en la boca al ver
al hombre echar a correr, o al escuchar gritar desconsolada a la
empleada de la limpieza.
Quisiera destacar aquí
la gran similitud del escenario en el que se comenten los crímenes
en las dos películas que estamos analizando. Primero, el asesinato
se lleva a cabo en un espacio cerrado de pequeñas dimensiones: ducha
y ascensor. A ese espacio se accede a través de una de las cuatro
paredes del decorado, permitiendo a la cámara jugar con los espacios
y colocarse en diversos puntos de vista. Es de sobra conocido que las
paredes de la ducha en Psicosis eran móviles (al igual que
muchísimos de los decorados de las películas del maestro), del
mismo modo que lo son, seguramente, en el ascensor de De Palma.
Segundo, tanto la fragmentación en planos del crimen como la propia
pose de las actrices, es realmente parecida en ambos casos. De Palma
se preocupó mucho por que su escena en el ascensor resultara
gratamente familiar a su público. Un público bastante acostumbrado
a recordar a los grandes a través del humor negro fílmico,
si se puede decir así, característico de este director. Y tercero
¡el papel pintado de las paredes es calcado!
Tras el desarrollo de la
trama principal, ambos films cuentan con el discurso de un psicólogo
acerca del trastorno de personalidad que sufren los protagonistas.
Una explicación que si bien en Vestida para matar encaja, en
Psicosis parece más bien una escena añadida por los
productores para el buen entendimiento del film. Aunque sabemos que
esto no fue así pues Hitchcock tuvo el control absoluto en la
realización de la película. No obstante se hace extraña esta
desconfianza de Hitch hacia su público al explicar a través de un
personaje lo que ya todos nos habíamos imaginado. Pero el final de
Vestida para matar va más allá, De Palma deja la llave
puesta, aunque no seré yo quien abra la puerta...
Se conoce que a De Palma
le gustó mucho la idea de una mujer en la ducha, ya que antes de
acabar Vestida para matar tenemos de nuevo otra escena llena
de vapor de agua. Y no sólo eso, en Impacto, un año después,
De Palma volvía a enseñarnos, al comienzo del film, a una mujer en
la ducha. Un breve apunte sobre Impacto para cerrar el
círculo. Blow Out, que es el título en versión original, es
otra película rehecha con ironía del maestro, ¿adivinan de cuál?
de Blow Up, ¡de Antonioni!
¿Por qué lo de cerrar
el círculo? En 1960 Michelangelo Antonioni dirigió La aventura
en la cual mataba a su protagonista a mitad de metraje, al igual que
Hitchcock hacía con Marion Crane en Psicosis y De Palma hizo
en Vestida para matar.
¡Compruébenlo!
*Calificaciones:
-Psicosis: 9/10. En cuanto a suspense no hay quien supere al Maestro. Por otro lado, muy meritorio el hecho de rodar la película con el ridículo presupuesto de 800.000 $ y el equipo con que Hitch rodaba su serie de televisión.
-Vestida para matar: 8/10. Un filme entretenido que hay que ver si te gusta Hitchcock, siempre vas a encontrar similitudes y saciar tu apetito de referencias cinéfilas.
*Calificaciones:
-Psicosis: 9/10. En cuanto a suspense no hay quien supere al Maestro. Por otro lado, muy meritorio el hecho de rodar la película con el ridículo presupuesto de 800.000 $ y el equipo con que Hitch rodaba su serie de televisión.
-Vestida para matar: 8/10. Un filme entretenido que hay que ver si te gusta Hitchcock, siempre vas a encontrar similitudes y saciar tu apetito de referencias cinéfilas.
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